He escuchado consejos con la frase “la desesperación es parte del fracaso” pero ¿qué decirle a una persona desesperada y que se siente fracasada?
Últimamente la situación de desempleo abate a muchos, especialmente a aquellos que no planearon estar así y que aparentemente han hecho todo lo posible para salir de ahí y no lo consiguen. Decirle no te desesperes a una persona necesitada de los beneficios de un empleo es como darle vinagre a un sediento. Pero a pesar del trago amargo estas son las palabras de consuelo que encontramos en la Biblia:
No te impacientes a causa del maligno (Salmos 37:1 primera parte). Esos malignos bien pudieran representar el desempleo, la inexperiencia, la escases, las puertas cerradas y respuestas negativas que de tanto escucharlas desesperan y desilusionan. No te preocupes, no te inquietes o intranquilices, mejor: “Confía en el Señor y haz lo bueno; habita en la tierra y cultívala. Deléitate en el Señor, y él te dará los deseos de tu corazón” Salmos 37:3 y 4.
Si estás pasando por una situación de desempleo la orientación laboral que te ofrece la palabra de Dios es la siguiente:
- Conserva la cordura, la calma y la confianza en Dios. Para eso tienes que mantener tu relación con Dios activa, orando y meditando en su palabra.
- Ocúpate en hacer lo bueno, en trabajar fielmente para el señor. Si dispones de algunas horas extras en la semana, trabaja en un ministerio de oración, obra misionera, evangelismo o algún otro ministerio según los dones que Dios te ha dado.
- Cultiva la tierra, o sea, haz algún proyecto que pueda producir para sostenerte. Emprende, invierte, consigue qué vender pero no dejes de hacer algo. Estar desempleado es una gran oportunidad para Dios manifestarse, siempre y cuando, sigamos trabajando.
- Consigue orientación profesional para mejorar tu búsqueda de empleo: mejorar el curriculum, trazar un plan estratégico según tus necesidades, aplicar a ofertas de empleo en lugares correctos, contactar viejos compañeros de trabajo o tan solo realizar una carta de presentación son sencillos consejos para optimizar la búsqueda de empleo.
- Recuerda que tu estado no es un fracaso. Mientras muchos prosperan, quizás con métodos inadecuados, Dios te prepara para darte los deseos de tu corazón: un empleo.
Al final, no puedo cambiar el consejo, pero lo diré con otras palabras: confía en Dios y no sentirás una fracasada desesperación.
Por Anabel Luciano
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